Alta Hooker, maestra
comunitaria intercultural
Henry A. Petrie1
Resumen
Biografía de la Master Alta Suzzane Hooker Blandford, Rectora de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN). Circunspecta y erudita, Creole nacida el 10 de agosto de 1951, en Puerto Cabezas, Nicaragua, en cuya adolescencia y juventud fue deportista y enfermera.
Palabras Clave: biografía; Rectora URACCAN.
Summary
Biography of the Master Alta Suzzane Hooker Blandford, Rector of the University of the Autonomous Regions of the Caribbean Coast of Nicaragua (URACCAN). Circumspect and erudite, Creole woman born on August 10, 1951, in Puerto Cabezas, Nicaragua; during her adolescence and youth she was an athlete and a nurse.
Keywords: Biography; URACCAN Rector.
Introducción
La rectora Alta Hooker nace el 10 de agosto de 1951, en Puerto Cabezas, cuando habitaban seis mil quinientas personas, aproximadamente. «Las familias de aquel tiempo se cuidaban entre sí y las puertas de sus casas permanecían abiertas, aún de noche», refiere Alta Suzzane Hooker Blandford, en cuya adolescencia y juventud fue deportista y enfermera, ahora Rectora de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN).
A mediados de marzo del 2016 la visité en su sede, para intercambiar asuntos relativos a la alianza que venimos construyendo entre URACCAN y Acción Creadora Intercultural (ACIC). Me recibió con un fuerte abrazo, sabida que nuestro punto esencial era la interculturalidad, tema que la apasiona tanto como todos los asuntos del Caribe. Nuestra conversación, rica en contenido, se extendió hasta casi cuatro horas aquella tarde. Suficiente material para escribir un artículo, me dije, y me puse manos a la obra, convencido de su utilidad para ACIC y la sociedad nicaragüense en general, con el propósito de dar a conocer su experiencia intercultural personal y desde esta universidad caribeña.
Su Puerto, su juventud
En el transcurso de la plática, asomaron imágenes de su pasado. Su mirada, a ratos, se tornaba melancólica. Recordó la solidaridad, la buena vecindad de su Costa Caribe entrañable. «En todas las casas habían árboles frutales, podíamos ir de árbol en árbol a cortar las frutas que luego compartíamos», recuerda. Gozo que actualmente vive sólo cuando retorna a su casa en Puerto Cabezas, donde siempre encuentra montones de fruta de pan, peras de agua, que le llevan de regalo sus vecinos, práctica casi inexistente en el Pacífico, en Managua.
La Rectora Alta, hija de una costurera y de un mecánico, ha estado en lucha constante por la reafirmación de su identidad en una sociedad etnocentrista y machista. Fue educada en el colegio Moravo hasta su bachillerato; brindó clases dominicales a la niñez acerca de la Biblia; practicó tres deportes: basketball, softball y volleyball, y también actuó en teatro. Su adolescencia y juventud fue muy activa y dedicada a los estudios.
Quiso estudiar Ciencias de la Educación en Managua, «pero a mis diecisiete años, para una familia creole, especialmente del norte, mandar a su hija a estudiar a Managua era imposible, por falta de confianza», cuenta. Sus progenitores se negaron rotundos. Nada tenía que hacer en la capital, menos cuando la Costa Caribe «estaba viendo a otro lado. No teníamos por qué venir al Pacífico». Y se le plantó la disyuntiva: enfermera o secretaria, aunque no deseaba ninguna de esas opciones.
Por su inconformidad ante aquella decisión que debió obedecer, adoptó la actitud de pasársela jugando en su primer año de enfermería en Bilwaskarma, Waspam. A causa de los consejos cariñosos de su tía paterna, maestra de la Biblia en la Iglesia Morava, rectificó, concentrándose en sus estudios hasta concluir con éxito la carrera de enfermería.
El choque cultural
Al presentarse la Revolución Popular Sandinista, Alta Hooker trabajaba en el Hospital "Grey Memorial de Puerto Cabezas", donde fue ubicada por la iglesia Morava después de su graduación, como segunda al mando de las enfermeras, con conocimientos en anestesia. Las primeras brigadas médicas cubanas habían llegado a la región, la descubrieron y la enviaron a estudiar la carrera de anestesiología a la ciudad capital en 1980.
Managua, para una joven creole, representaba un mundo lejano y desconocido, todo un desafío que debió enfrentar. Nos relata:
A Managua llegamos nueve enfermeras, para nosotras fue terrible. Todas negras, la más clara y la más chiquita era yo. Todas eran mucho más alta y más oscuras que yo. En Bilwi casi no había carro, para pasar las calles en Managua teníamos que agarrarnos de las manos y correr. En una ocasión abrieron la ventana de un carro y un hombre gritó: ¡Ey, negras, bailen Palo de Mayo! Yo me asusté y salimos corriendo, porque casi no hablábamos español.
Venimos aquí a estudiar Psiquiatría y Salud Pública en el Hospital Bautista por cuatro meses. Lo que nos hizo sobrevivir fue que en ese hospital estaba Miss Ora Taylor, de Laguna de Perlas, hermana del doctor Ray Hooker, que asumía cariñosamente a todas las enfermeras que llegaban de la costa. Nosotras, como no podíamos hablar bien español, siempre lo hacíamos en creole; estudiábamos en español, pero no participábamos, lo que no nos ayudaba mucho en las notas. Entonces, ella se sentaba, nos hablaba, nos animaba, trataba de corregir el mal español que hablábamos, nos llevaba cosas de la costa, pijibay, todos los días nos llevaba algo. Eso nos ayudó a sobrevivir.
Con el triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y su llegada al Caribe, Alta Hooker se vio en un mundo donde sólo se hablaba español. Luego de sus estudios en Managua, las tareas de la revolución se complejizaron, razón por la que no duró mucho como enfermera anestesista. El Sistema Nacional de Salud, en sus primerizos años, se había instaurado y surgieron las delegaciones departamentales y regionales de salud. En el caso de la región del Caribe norte, el primer delegado regional fue el Dr. Barreto, quien después de una visita que hiciera al Hospital "Grey Memorial", donde aún se encontraba trabajando, la reclutaron y fue nombrada Responsable de Organización del SILAIS, siempre en 1980.
Posteriormente, producto de su buen trabajo y dedicación, fue nombrada responsable del Comité Municipal del FSLN en Bilwi, en 1987; luego, la enviaron a Cuba a estudiar Dirección y Planificación de la Economía. A su regreso la nombraron Delegada Regional de Salud para todo el Caribe norte, siendo ella todavía una técnica superior de enfermería. Desarrolla una intensa actividad política y gubernamental.
En el primer mes de estudios en Cuba sufrió de histeria. Era la única negra de un grupo de sesenta nicaragüenses, que según sus palabras, no le hablaban ni la querían, «no les importaba si podía estudiar o no», pero continuó porque no podía defraudar la confianza depositada en ella por las autoridades partidarias regionales.
La Rectora Hooker no hablaba suficiente español como para entender la filosofía marxista leninista que enseñaban en la isla. Su participación en clase era baja porque no entendía y llegó el momento que explotó: «comencé a gritar, pero a gritar…», afirma. La llevaron a la dirección y en su mal español, expresó al director lo que le estaba ocurriendo. Esto fue suficiente para que él decidiera abordar el problema con el grupo nicaragüense, haciéndoles ver su mala actuación. Y enseguida se le asignó como tutor a un economista que se ofreció a ayudarla.
En los primeros años del dos mil, ya electa rectora de la URACCAN, le correspondió participar en las sesiones del Consejo Nacional de Universidades (CNU), donde también experiencia otra realidad de shock, tomándole cuatro años para entender las «bromas» de los miembros de dicho organismo. Dice:
Eran puros hombres. Las mujeres éramos dos, Maritza –representante del gremio administrativo− y yo. Ahí me miré diferente, mi tono de voz, no sabía qué decir. Ahora lo entiendo, pero en ese entonces no. Ya antes había sido jefa, pero venir donde se reúnen rectores de universidades con experiencias diferentes a la nuestra era otra cosa. Yo casi no hablaba. Hoy puedo entender mucho mejor al Consejo Nacional de Universidades (CNU), al Pacífico. Cuando tengo oportunidad de compartir esta experiencia lo hago, porque para los estudiantes de la Costa Caribe es traumático venir a las universidades del Pacífico. Se comportan callados, no participan, porque sienten que se van a reír de ellos. Sienten que su voz, su tono, todo es diferente.
Tras la derrota electoral del Frente, el proceso de paz
Tras la derrota electoral del FSLN en 1990, queda instalado el primer Consejo Regional Autónomo. La ley de Autonomía surge después de haber logrado el proceso de paz y como parte del diálogo, se desarrollan consultas populares. La Asamblea Nacional aprueba esta ley para las dos Regiones Autónomas, estableciendo que son los Consejos Regionales Autónomos los llamados a dirigir estas regiones caribeñas, que sólo mediante elecciones pueden integrarse.
Hooker nos relata:
Cuando se instala el primer Consejo Regional Autónomo, como resultado de las elecciones donde el FSLN pierde el poder, quedan 45 concejales, todos los que estábamos en guerra, sandinistas y yatamas aliados con la UNO y la UNO misma. Nuestra experiencia era más militar, no estábamos preparados para dirigir las Regiones Autónomas. El gobierno de doña Violeta no quería hablar con nosotros, decía que qué queríamos nosotros hablar con ella. No teníamos salarios, no sabíamos qué hacer, no teníamos poder y nos estábamos peleando entre nosotros mismos.
Para nosotros fue difícil ese primer Consejo Regional Autónomo… aún se cargaban pistolas. Pero con el tiempo nos dimos cuenta que el enemigo no éramos nosotros, que estábamos en un espacio llamado a dirigir la Región Caribe y que para hacer eso teníamos que entender nuestro rol, teníamos que buscar qué hacer. Fue cuando tuvimos la oportunidad del acercamiento de IPADE con financiamiento de ASDI, comenzando entonces a capacitarnos en la Ley de Autonomía, sus funciones, lo que realmente significaba.
La Ley de Autonomía se convirtió en un instrumento de lucha y se organizaron comisiones de trabajo. A Alta Hooker le correspondió presidir la Comisión de Salud, desde donde se diseñó el Modelo Regional de Salud −actualmente en vigencia−, producto de una amplia y ardua investigación realizada con escasos recursos.
Desde su perspectiva y como Presidenta del Consejo Regional Autónomo de la Costa Caribe Norte, durante 1994-1996, estos órganos de gobierno ha sido lo mejor sucedido a la Costa Caribe, porque desde el marco de la descentralización, diseñaron sus propios Modelos Regionales Autonómicos de Salud y Educación; llevaron a cabo el proceso de demarcación y tenencia de la tierra, que llevó a un estudio e inventario de los recursos naturales en la Costa Caribe. Todo esto fue posible por la determinación de líderes y profesionales de construir un Sistema Regional Autonómico, en constante negociación con INETER y las otras instituciones centrales del Estado, hasta realizar las primeras elecciones municipales.
Desde la Comisión de Salud Regional que presidió, se crearon espacios de discusión y concertación, donde la gente acudió para aportar a los documentos que se elaboraban en ese momento y que tenían como objetivo el diseño del Modelo Regional de Salud.
Atendemos la experiencia:
Entendimos que si nosotros queríamos que ese Modelo Regional de Salud funcionara, teníamos que trabajar con los médicos tradicionales, porque de lo contrario, con quién nos articularíamos. Las personas encuestadas nos dijeron que el sistema existente no respondía a sus necesidades, entonces comenzamos a acercarnos y a organizarnos con los médicos tradicionales. Para entonces, estaba terminando mi segundo período en el Consejo Regional Autónomo. Surge la idea de crear el Instituto de Medicina Tradicional y Desarrollo Comunitario, y comenzamos a trabajar. El dinero se consiguió en 1996. Yo continué como concejal regional. Después nos propusimos negociar con la URACCAN, para que adscribiera este instituto.
URACCAN, la Universidad Comunitaria Intercultural
El Modelo Regional de Salud, inspira la creación del Instituto de Medicina Tradicional y Desarrollo Comunitario, referido antes. Este inicia sus labores en 1996 con dos personas, Carlos Alemán (hijo), y Alta Hooker y posteriormente Serafina Esperanza. De inicio, emprendieron un proceso de diálogo con los médicos tradicionales, con quienes en el pasado inmediato habían tenido contradicciones, debido a que las enfermeras habían aprendido que personas que usan plantas medicinales «mataban a la gente».
Al respecto, relata lo siguiente:
[…] de repente, aparezco diciéndoles que quería trabajar con ellos, que quiero dialogar con ellos… definitivamente fue traumático. Con quienes ya nos habíamos contactado me estaban observando, monitoreando… Seis meses después, llamaron a Serafina, una enfermera miskita que trabajaba con nosotros. Le dijeron que me buscara para platicar y acudí a su encuentro. Me dijeron: ¿Qué quieres con nosotros? Y hablamos. No era fácil ganar confianza, pero debimos hacerlo y nos tomó buen tiempo.
La edificación de la confianza mutua se fue logrando a través de un proceso, en el que estaba en cuestión dos maneras de ver y ejercer la medicina. El instituto ganó consciencia plena del reto y se dispuso en la dirección de aprender de los médicos tradicionales, que con el tiempo se acercaron cada vez más. A través de los intercambios sistemáticos, el instituto se fortaleció hasta dar el salto de proponer a URACCAN la carrera de Enfermería, como una necesidad y prioridad del Caribe de Nicaragua. Apunta:
Myrna Cunningham era la rectora de URACCAN, me senté con ella para plantearle que ya estábamos listos para abrir la carrera de enfermería, porque todas las enfermeras teníamos técnico superior, ninguna era médico. ¿Quiénes asumían la salud en el Caribe norte? Las enfermeras. Los médicos venían de Managua, estaban dos años y se regresaban. Entonces, concluimos que teníamos que preparar a las enfermeras con la licenciatura. Pero, ¿cuál sería el primer perfil? Debimos aprender la cadena epidemiológica para poder romperla y evitar que las enfermedades tradicionales continuaran afectando a la gente. De ahí que la primera licenciatura de enfermería en URACCAN haya sido con enfoque epidemiológico. Yo salí de ahí con otras enfermeras, con un currículum construido por nosotras y expertos que buscamos por otro lado, para que nos ayudaran en lo que nos interesaba.
Dos años más tarde, el Instituto de Medicina Tradicional y Desarrollo Comunitario le planteó a Cunningham, construir el currículum de Maestría en Salud Intercultural. También se construyeron los de otras licenciaturas: Materno Infantil, Salud Mental en contextos Interculturales, para entender las enfermedades tradicionales y poder acompañar a los pueblos desde las consejerías. «Sin acercamiento a los médicos tradicionales no lo hubiéramos podido entender ni hacer», enfatiza Hooker.
Tras varios años de trabajo han surgido gerentes de salud en las comunidades y municipios, hasta regionales. Han evolucionado en la preparación de los primeros médicos interculturales, lo que supuso un nuevo proceso desde cuando la Maestra Alta Hooker asumió la rectoría de URACCAN, en el 2003. Nos relata:
Dieciséis salubristas voluntarios comenzamos a pensar en un proceso de diseño. Nos apoyó mucho como padrino de la Costa Caribe el Dr. Rigoberto Sampson, que estaba como rector de la UNAN-León. Se le llamó para que apoyara en la preparación de médicos de la Costa Caribe, sobre todo en el diseño del currículum. Él nos dijo que no tenía la menor idea de hacerlo ni de lo que queríamos, pero emprendimos el proceso que tardó dos años de discusiones y acercamientos, de entendimientos de cosmovisiones de los pueblos. El Dr. Rigo fue clave en este proceso, en acercar a los especialistas del Pacífico y del Caribe.
Rectora Alta Hooker y Henry Petrie.
Foto: Carlos Manuel Flores/URACCAN.
El proceso relacionado con la salud ha funcionado muy bien en URACCAN; desde un inicio nos fundamentamos en el trabajo de equipo y en el consenso; hay principios fundamentales y transversales como la Interculturalidad, la perspectiva intercultural de género. Nuestras carreras, todas, responden al contexto. Es decir, hacemos consultas participativas, para que los padres nos digan cuáles creen que deberían ser las carreras… Lo que hemos hecho ha sido en base al contexto, a la prioridad; de esta manera hemos ido diseñando las carreras en la universidad.
En el 2016 abrimos la carrera de veterinaria, no lo hicimos antes porque no era prioridad, sino Sociología con mención en Autonomía, porque debíamos entender quiénes éramos, de dónde habíamos venido, por qué nos peleábamos entre nosotros, Por qué tanto racismo entre la gente de este pueblo. Debíamos entender qué es la autonomía, ¿cómo vamos a administrar algo que no sabemos?
La otra carrera fue Administración de Recursos Naturales, necesitábamos saber qué había en las Regiones Autónomas, cómo se administran los recursos naturales; enfermería era fundamental. La primera carrera de URACCAN fue Ciencias de la Educación, porque todos nuestros profesores eran empíricos, por eso fue la prioridad. Y todavía continuamos preparando a los profesores en nivel intercultural bilingüe, es una de las principales carreras de la universidad, porque estamos convencidos, como plantea nuestro Sistema Educativo Autonómico Regional, que nuestra educación deber ser intercultural bilingüe desde el preescolar.
Hooker y su equipo de trabajo en URACCAN, vienen desarrollando un concepto, un modelo, que reza: «Desarrollo con identidad», que toma muy en cuenta las realidades y culturas de los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe, sus formas de cultivar la tierra y de cazar, de cuidar y valorar las aguas, sus experiencias como seres humanos que han vivido en comunidad y en entrañable relación con la Naturaleza. Al respecto amplía:
Nuestras comunidades indígenas tienen un gran territorio porque su cultura no es la gran producción, no están interesadas en esto. Su bienestar o buen vivir es tener territorios amplios donde puedan cazar, sembrar para el autoconsumo, tener buenas aguas y sembrar también para el mercado. Van rotando la siembra en parcelas. Hay un sector que pesca, otro que siembra frutas y vegetales; en la mañana trabajan y están libres por las tardes. Al respecto del sistema de siembra que utilizan contamos con un estudio completo que concluye que sus prácticas son buenas.
Nuestras comunidades no están interesadas en grandes excedentes, no es su prioridad. Por eso nuestro modelo de desarrollo es el comunitario, es decir, desarrollo con identidad, desde las culturas y realidades de nuestros pueblos.
En este sentido, enfatiza que desde sus inicios hasta la actualidad, la URACCAN ha ido creciendo, madurando y diseñando la Universidad Comunitaria Intercultural. Un buen número de universidades internacionales convencionales la han buscado para que les acompañe en el proceso de introducción de este enfoque, razón por la cual han decidido priorizar la sistematización de sus prácticas y experiencias. Se abocaron al diseño de documentos para este propósito y de los procesos de acompañamiento y de articulación.
La URACCAN surge atendiendo prioridades sociales de la Costa Caribe para fortalecer la autonomía. El camino transitado, del que buen trecho lo ha rectorado Alta Hooker y su equipo desde la colectividad, ha tenido como faro la construcción de un sueño: la Universidad Comunitaria Intercultural.
Pese a las complejidades normales del desarrollo institucional, han logrado autoevaluarse, cumplir con la tercera planificación estratégica, en cuyo proceso amplio han participado los diferentes sectores y ámbitos de esta universidad, también ha contado con el involucramiento de la Red de Universidades Indígenas Interculturales y Comunitarias de Latinoamérica.
La URACCAN tiene cuatro recinto y cuatro extensiones, un Consejo Universitario regido por políticas de funcionamiento; cuatro maestrías internacionales con estudiantes indígenas y afros que estudian en Ecuador, Colombia y Nicaragua; actualmente diseñan un currículo para formar profesores con doctorado, de los cuales tienen catorce titulados y d0ce preparándose.
En el nuevo período de gobierno universitario (2016–2021), es fundamental fortalecer lo alcanzado como Universidad Comunitaria Intercultural. Plantea el mejoramiento de la articulación de todos sus estamentos. «Debemos consolidar lo que ya se comenzó y está en proceso, para tener una universidad sólida, fortalecida; para tener la universidad que aspiramos, nacional e internacionalmente», afirma.
En esta orientación de esfuerzos, reflexiona de manera crítica la construcción de indicadores para universidades convencionales, los que no toman en cuenta las características propias de las Universidades Indígenas Interculturales y Comintarias de Latinoamérica, razón por la cual la URACCAN tiene un importante papel en el foro de discusión de los Consejos Nacionales de Evaluación y Acreditación de Latinoamérica. «¿Quién define la calidad? Ya nos han cerrado una universidad indígena por la supuesta falta de calidad. Ese es nuestro tema, nuestro punto de discusión».
Pilar de este sueño es la autonomía, que permite construir una agenda propia. En este sentido, dice enfática: «URACCAN no está enfocada en crear productos para el mercado; estamos enfocados en desarrollar el territorio, la identidad, un concepto nuevo de desarrollo, distinto, con parámetros distintos, con indicadores desde la comunidad, desde las culturas indígenas, afrodescendientes, mestizos y coste˜µpos […] La URACCAN responde a la autonomía, al respeto, a la gente, a sus culturas e identidades».
Pero el panorama de este sueño, de la misión y visión de esta importante Universidad Comunitaria Intercultural, se quedaría corto sin el fomento de las artes. De ahí que hayan decidido designar responsables de cultura en cada uno de sus recintos, al Dr. Fernando José Saavedra quien ha apoyado enste proceso. Sus logros culturales y artísticos comienzan a proyectarse en ciudades del Pacífico, específicamente en Managua y León, sin necesidad de asumir elementos que violenten o españolicen sus diversas expresiones comunitarias indígenas y afrodescendientes.
A raíz del impulso de los talleres literarios interculturales en combinación con la asociación Acción Creadora Intercultural (ACIC), los jóvenes están escribiendo en su lengua materna, están leyendo más y declaman. Sin duda, es un movimiento que está creciendo y que demandará de mayor apoyo e inversión. Pese a estos esfuerzos, constituye un reto mayúsculo la promoción de la lectura en las lenguas maternas, dado que hay que construir la bibliografía a partir de una correcta promoción editorial. La tradición oral se torna esencial para la recopilación y edición de libros en plataforma tradicional y digital, a fin de que sean utilizados para la formación lectora de sus estudiantes de distintos pueblos. En este sentido, se plantean la lectura y estudio, empezando por sus docentes, de la obra de Lizandro Chávez Alfaro y de otros valores literarios caribeños.
La Interculturalidad, el gran desafío nacional
Alta Hooker es una de las actuales ideólogas de la interculturalidad; junto a su equipo de trabajo han estudiado, investigado y sistematizado la experiencia en esta materia. No ha sido una labor fácil en un país que durante siglos ha estado regido por el etnocentrismo y el machismo, donde al Caribe se le ha visto de soslayo en sus derechos ancestrales y sobreexplotado en sus recursos naturales; no ha sido fácil, menos cuando lo que ha imperado ha sido la marginación y exclusión histórica.
Asegura que se debe aprender de lo propio, que esta es la forma más idónea de atender las realidades particulares de cada pueblo y comunidad, y aprender. ¿Cuándo se produce el híbrido?, «cuando se aprende en la lengua del otro, desde la manera de ver del otro», dice. Y continúa profundizando: «Cada pueblo tiene su propia manera de construir conocimiento, donde la epistemología de cada pueblo es diferente».
Como imperativo plantea partir de la Educación Intercultural Bilingüe, para «enamorarnos de nosotros mismos», para crecer en identidad. Y se cuestiona aún más: «¿Cómo vamos a aprender desde nuestra manera de ver el mundo? ¿Cómo vamos a respetar al otro si no podemos respetarnos nosotros mismos, si no nos entendemos?»
Por eso, un pilar estratégico para lograr lo antes dicho es el Sistema Educativo Autonómico Regional. La educación debe ser base esencial para «construir una Costa Caribe fuerte, maravillosa, que soñamos y aspiramos». Ese es el sueño de Alta Hooker, una Costa Caribe donde la gente se quiera, sea educada, articulada con el Pacífico para «fortalecernos como un solo país, pero diverso, respetuoso cada uno del otro».
La equidad de género ha constituido una de sus grandes banderas dentro de la interculturalidad, esfuerzo que de manera sistemática lo viene realizando desde cuando presidió el Consejo Regional Autónomo de la Costa Caribe Norte de Nicaragua, que además de constituir un reto dirigente, fortaleció su consciencia de género. «Como negra me di cuenta que si hablaba duro y bien posicionada, los hombres no me decían nada. La mayoría eran miskitus y no sabían cómo reaccionar, porque su cultura es diferente. Pero también en la cultura negra hay matriarcado, donde las mujeres toman decisiones», apunta.
En su largo transcurrir, se ha ido forjando no sólo como académica, como líder intercultural, sino también como mujer consciente de sus roles y de los retos que como tales se ha propuesto cumplir. Evidentemente, lo logrado aún es insuficiente, la URACCAN aún no tienen respuestas a muchas interrogantes y situaciones, pero la lucha contra la discriminación no es negociable bajo ninguna circunstancia, de ahí que en todos los recintos tengan comisiones de lucha contra la discriminación, porque el racismo está presente entre los estudiantes costeños: «La mayoría discrimina a las minorías». Reconoce de manera crítica que quien discrimina, en algún momento sufrió discriminación, asunto que debe ser bien observado en las aulas de clases. El punto es aprender en el camino, atender cada problema o manifestación que se vaya presentado, como método para incrementar el conocimiento y la experiencia ante este fenómeno.
La Rectora Alta Hooker visita las aulas, facilita cátedras desde ahí y no desde un lujoso auditorio, «para ver la reacción entre los estudiantes». Así se ha enterado de cómo, en el recinto de Siuna, un muchacho de facciones afro −«pero bien negro y el pelo bien crespo»− estaba siendo discriminado. Este estaba sentado en una esquina exterior del aula, «si la esquina hubiese estado más afuera, él se hubiese sentado más afuera, allá aislado». A continuación nos refiere la anécdota:
Yo hablaba sobre Salud y Medio Ambiente. Hice preguntas en español, los de siempre respondían. Como al muchacho lo observé callado y aislado, le hice una pregunta en creole, sonrió y me contestó con buenos fundamentos. Todos los demás se rieron y dijeron: ¡Ah, y habla! El profesor de la clase estaba ahí, también riéndose. Entonces, de inmediato llamé al vicerrector y abordé el tema como un caso de discriminación.
Nos hemos venido dando cuenta de la existencia de otras expresiones de discriminación, hay nuevas formas que debemos identificarlas y trabajarlas, porque de lo contrario se profundizan. También sucede entre docentes, por ejemplo, en Nueva Guinea, se maltrató a un profesor de inglés.
La lucha contra la discriminación es en todo momento, por eso Alta ha estado ojo avizor, invitando a la discusión tras cada actitud o manifestación discriminatoria que se presente. En este sentido, insiste en el compromiso del personal docente, para que juntos vayan actuando en coherencia a los postulados interculturales de la universidad. «Cuando creemos que estamos avanzando aparecen nuevas formas», dice.
Sin duda, se trata de un proceso crítico y autocrítico permanente. El reto presente y futuro, según Hooker, es ir más allá de la teoría, hacia la práctica cotidiana. Dado que la interculturalidad es un eje transversal en la URACCAN, adoptaron la reflexión permanente de su misión y visión, donde se piden ejemplos, acciones, para no quedarse en el discurso.
Esencia de la intercultural es el respeto a cada cultural, a cada manera de apreciar el mundo, por esta razón la cosmovisión indígena ocupa un lugar determinante en la labor de la Rectora de URACCAN. De ahí que siempre tengan como referencia y propósito aprender de los ancianos y de los médicos tradicionales indígenas, de sus costumbres y prácticas. Muchas cosas están pendientes, por ejemplo, en el pueblo indígena miskitu existen tres maneras diferentes de castigo para quien transgrede sus leyes: primero, la expulsión de la comunidad; segundo, la quema de su casa de habitación; y tercero: el ajusticiamiento.
Acerca de esta realidad cultural, Hooker amplía:
Desde la cosmovisión del pueblo indígena miskitu ese es su derecho consuetudinario. Como universidad nos corresponde investigar, sistematizar y entender mejor dicha realidad, a fin de avanzar más rápido en este proceso que implica empujar un diálogo, una negociación con el derecho positivo. Ese, precisamente, es el abordaje de la interculturalidad.
El avance en la comprensión de esta cosmovisión indígena y afrodescendiente, se expresa en la permisibilidad del actual Sistema Regional de Salud a la presencia o acompañamiento de médicos tradicionales a sus pacientes en los hospitales. Este logro implicó muchos años de negociación. Este esfuerzo intercultural demanda un rol beligerante de la universidad desde la comunidad, específicamente en «preparar el talento humano para fortalecer la autonomía», así como trabajar la perspectiva intercultural de género, para lo cual cuentan con un instituto. A este respecto, apunta:
Con ese instituto, nosotros empezamos repitiendo lo que decía occidente. Eso causó tensionamiento en la comunidad, porque los hombres y las mujeres indígenas o negras, se relacionan de formas diferentes que las mestizas, y más aún, que los europeos. Recientemente comenzamos a entender que el enfoque tenía que cambiar, por eso ahora hacemos talleres con hombres y mujeres, para entender esa relación. Fue así que comenzamos a ver que ellos saben cuál es su rol: la siembra, la cosecha… Lo importante es que en este proceso de equidad de género, cada una de las personas tiene su rol, desde el niño, la niña, la abuela, la mamá y papá, todos tienen su rol claramente definidos en la colectividad.
Cuando entramos con el enfoque de género sin entender esa realidad, distorsionamos todo sin poder llegar a un proceso, primero de entendimiento y de aprender de sus conocimientos e historia. Para acompañar tenemos que generar confianza. Llevamos años en eso. Por eso es que ahora nos hablan, nos hemos venido identificando en las diferencias.
Con mirada clara y una expresión propia de la magnitud del esfuerzo, remarca que «la interculturalidad no es fácil». Es una labor constante, un proceso de aprendizaje, de investigación y revaloración. De ahí, entonces, el reto futuro.
El vínculo URACCAN y ACIC
La alianza URACCAN-ACIC, empezó en el 2012, con los preparativos y la celebración de la Primera Convención del Programa Promoción de la Literatura Nicaragüense (PPLN), en la ciudad de Jinotega. Luego, el 1ero. de mayo del 2015, día de fundación de Acción Creadora Intercultural (ACIC), acercamos voluntades para que esta relación evolucionara hacia una alianza por la interculturalidad. Desde entonces, la Rectora Alta Hooker, ha sido nuestra más firme acompañante.
Nuestro proceso de conocimiento y entendimiento ha estado basado en el diálogo, el respeto y la tolerancia. La comunicación ha sido sincera y oportuna. Hemos ido construyendo confianza a partir de acciones. Así lo expresa:
Yo aprendí abrirme a ustedes, aceptarlos, a quererlos, por medio de Fernando (Saavedra), por todo lo que me conversaba de ustedes. Así nos hemos metido más en las cuestiones de las artes, de la poesía… No son muchas las organizaciones nacionales dispuestas a trabajar con nosotros desde este enfoque, de tú a tú. Generalmente es el abordaje diferente, por eso me parece importante que podamos trabajar juntos, que hayamos firmado un convenio de colaboración, que vayan a la costa para compartir más con nosotros… Entre más nos vayan conociendo, entre más conozcan nuestro contexto, más fácil será el entendimiento de los diferentes pueblos, fortaleciéndonos. Es como un espacio donde podemos ir generando confianza entre ustedes y nosotros. Lo miro como un entendimiento entre iguales, como un proceso de poder hablar y decirnos las cosas sin pena, sin temor, sin vergüenza.
ACIC es lo más cercano que podemos tener en el Pacífico, ustedes nos han demostrado que están prestos a escuchar; hemos compartido cómo impulsar juntos la discusión intercultural, de cómo vernos en nuestras diferencias, saber articularnos desde el entendimiento.
Por estas razones, por su solidaridad y acompañamiento, la Junta Directiva de Acción Creadora Intercultural (ACIC), decidió por unanimidad, otorgarle la Distinción Miembro Honorario, el día 4 de mayo del 2016, en ocasión de la celebración del primer aniversario de ACIC y de la clausura de la jornada “Edgar Escobar Barba” In memoriam. Alta Suzzane Hooker Blandford, no solo es una líder intercultural, una excelentísima rectora, una maestra comunitaria, sino una extraordinaria amiga. Sin duda, ACIC está incorporando un elevado valor a su tesoro humano e intelectual.
Managua, 17 de abril del 2016.
1 Presidente de Acción Creadora Intercultural (ACIC). E-mail: [email protected]
Recibido: 17/10/2016
Aprobado: 07/12/2016
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